domingo, 21 de febrero de 2010

Amor femenino o lésbico.

Mujer es sinónimo de amor, ternura, dulzura, entrega, coquetería, pasión, prudencia paciencia y maternidad.

Es la suma de todas las virtudes que un ser humano puede poseer.

Fue destinada por la naturaleza como la depositaria de la tarea de preservar la raza, engendrando y velando por la seguridad de cada nuevo ser a su cuidado.

Muchas de las cualidades de la que fue dotada, están íntimamente relacionadas con su función maternal.

En la sociedad actual, el hombre y la mujer deben formar una pareja y deben permanecer así por el resto de sus vidas.

Pero esta unión ha demostrado ser muy frágil e inestable, siendo cada vez mayor el número de las mismas que terminan separándose al muy poco tiempo de haberse unido.

El hombre es la mayoría de las veces el culpable de estas desuniones por su infidelidad, maltrato, incapacidad económica o desviaciones sexuales.

En una forma creciente las mujeres han optado por cumplir con su función maternal, pero prescindiendo del hombre.

Y también vemos la tendencia también creciente a formar pareja entre mujeres.

Por su afinidad en el temperamento estas uniones tienen mucha más posibilidades de permanecer juntas que las que entre un hombre y una mujer.

Dada las características de las mujeres mencionadas al comienzo de este articulo, si el amor y la pasión entre un hombre y una mujer, se considera lo máximo alcanzable; el amor y la pasión entre dos mujeres, es será lo máximo alcanzable al cuadrado.

Mucho se ha especulado sobre la relación intima entre mujeres, tratando de desvirtuar, la existencia de un disfrute sexual de las mismas.

Pienso que esto es un sofisma de distracción por parte de los detractores de estas uniones. Las mujeres a diferencia de las parejas homosexuales entre hombres, no requiere una parte activa y otra pasiva, o una que posea a la otra y que ésta a su vez sea penetrada o poseída.

Por su anatomía, las parejas lésbicas, pueden copular sin necesidad de una parte dominante. Esto hace que dicha relación sea más armoniosa. Ya que ambas pueden tomar la iniciativa y en un momento, una, ser la más activa mientras que la otra disfruta de las caricias y los besos de su amada, pero después y en el mismo acto los roles se pueden cambiar.

Dado el carácter tierno y dulce de las mujeres el placer que es capaz de prodigarse una a la otra supera a cualquier relación de otro tipo.

En cuanto a la formación de un núcleo familiar, las parejas lésbicas, pueden brindar el mayor cuidado sobre sus hijos. Si uno, que es hijo de una sola madre, y canta a los cuatro vientos “que como una madre, no hay otra” ahora imaginemos los hijos de dichas parejas que tienen dos madres, deberán sentirse muy afortunados.

Finalmente, y para terminar, creo firmemente que si tocara hacer un ranking entre las parejas más estables emocionalmente no dudaría en dar el siguiente: primero la relación entre dos mujeres; segundo, la existente entre un hombre y una mujer y finalmente, la de entre dos hombres.

Espero no equivocarme.

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